domingo, 30 de enero de 2011

De caminos y sueños: Un paseo por la Avenida de los Presidentes.

Al comenzar a escribir este blog sobre mi viaje a La Habana, que dentro de poco, cuando se me acaben los recuerdos, tendré que reinventar, no les hablé de todas las razones y sueños que se entremezclaban en esta primera vez que visitaba la isla.

Eran, en realidad, dos sueños, y no solo uno, los que se habían alojado en mi cabeza y corazón desde muy joven. El primero era más realizable, y de hecho ya lo estaba realizando, viajar a Cuba. Conocer la isla que cincuenta años atrás, cuando yo aún no había nacido, y mi padre era un jovencito, había sido el escenario de batalla de los guerrilleros barbudos, conocer in situ los resultados, su devenir histórico hasta la actualidad, y tener argumentos para continuar defendiendo los principios ideológicos y morales que han constituido mi pensamiento hasta hoy; el socialismo.

Antes de aterrizar, intenté hacer un ejercicio interior, que me ayudase a tratar con objetividad todo lo que iba a descubrir. Es muy difícil alejarse de los prejuicios tanto positivos como negativos cuando has deseado con demasiada intensidad hacer algo. Es como cuando amas a alguien de forma platónica y al hacerlo realidad descubres que no existe la perfección, o que no es oro todo lo que reluce.
Sabía que algo así podía suceder y quería estar prevenida para no caer en el error de ser injusta o ciega. Me juré que iba a ser sincera conmigo misma, y con todos aquellos que me estáis acompañando en este relato, personal e imperfecto.

El segundo sueño, era objetivamente, irrealizable. Se trataba de conocer en persona a Fidel Castro, poder hablarle, y sobre todo, escucharle y transmitirle en persona mi amor al pueblo cubano y a la Revolución.

Debido a su estado de salud, Fidel Castro ha estado apartado de la vida pública al rededor de seis años.
Sin embargo, coincidiendo con la compra de los billetes de avión, repentinamente salió la noticia de la recuperación del Comandante, y su primera comparecencia pública.
Aunque tengo 34 años, mi corazón sigue siendo el de la misma niña que soñaba con estas cosas, y tuve la loca idea de escribir una carta dirigida a Fidel. Tra hacerlo le enseñé la carta a mi hermana y a mis padres, que comentaron que intentase hacérsela llegar (ellos siempre me apoyan en mis locuras). Así que puse en marcha el resto de la locura, y escribí varias veces a Randy Alonso Falcón, director de Mesa Redonda, programa en el que Fidel Castro había comparecido por primera vez tras seis años de retiro, para pedir que le hiciera llegar la carta. Los e-mails nunca llegaron a su destino, y me eran devueltos, puesto que no se puede escribir desde hotmail a los dominios "punto cu", a causa del bloqueo económico que afecta también a Microsoft. Escribí al Consul en Sevilla, quien me respondió diciendo que era un tema a tratar personalmente.

Poco a poco comprendí que no estaba a mi alcance hacerlo y dejé la carta guardada en un cajón, mientras me dedicaba a gastar los cartuchos finales para sacar una maldita plaza de profesora de secundaria que nunca llegaría, una vez más.

Un día cuando regresaba del trabajo, encontré a mi hermana, bastante acalorada. Venía de la calle. Había querido darme una sorpresa y se marchó temprano, con la carta en el bolso, en dirección al Consulado en Sevilla, que se encuentra en la Plaza de Cuba. Su relato es de lo más divertido, aunque la pobre pasó la mayor vergüenza de su vida, algo que hizo como prueba de amor y cariño hacia mí.
Pues parece ser que subió al piso, donde se encuentra el Consulado, un edificio alto. Y una vez allí encontró a un grupo de personas que estaban por distintos trámites. Se moría de la vergüenza de imaginar la cara de la chica de la oficina al mostrarle la carta. Rezó por que le tocase la última y afortunadamente así fue. Tras tramitar los visados, en total normalidad, le dijo a la chica que había algo más. Y entonces le explicó el tema de la carta. Mi hermana dice que la cara de la chica era para fotografiarla. La invitó a esperar un momento, amablemente, y entró en una habitación. Mi hermana imaginaba que la chica había pensado que era una pirada, y más aún cuando salió en compañía de otra mujer, que la miraba con la misma cara de sorpresa.
Explicaron que era la primera vez que se encontraban ante una situación similar, que jamás en la vida nadie había llegado allí con una carta dirigida al Comandante. Vamos, en resumen, ¡qué soy la más "freaky" de la historia de los amigos de la Revolución!
Finalmente, sin saber muy bien que debían hacer, las dos chicas aconsejaron a mi hermana que llevásemos la carta a Cuba, y que la entregásemos en persona en la Oficina de Asuntos Exteriores, que está en una boca calle de la Avenida de los Presidentes. Mi hermana regresó a casa con los visados, acalorada, y aún avergonzada por el atrevimiento, y el momento "freaky" vivido. Debo decir que, conociéndola, no sé como pudo hacerlo, ya que aunque no lo parece, es tremendamente tímida. Es un gran acto de amor, lo aseguro.

Se lo agradecí profundamente y le dije: ¿Cómo te has atrevido? ¡Yo no hubiera podido hacerlo! Luego nos reímos un rato con su relato, que es más cómico de lo que cuento aquí.
Pero con gran sinceridad tengo que decir que me apenaba mucho someter a mi hermana de nuevo a una situación similar, aunque fuese en mi compañía, ya que era yo la verdadera freaky. Así que recién llegadas a La Habana, guardé la carta y no comenté nada de ir a llevarla. Me dediqué a disfrutar y a descubrir.

El miércoles por la noche tuve una nueva regresión a la niña aquella soñadora, y tomé un papel de un cuaderno naranja, que compré para anotar las cosas importantes y luego redactarlas en el blog. Esta vez encabecé la carta dirigida a Raúl Castro, que es el Presidente de Cuba, y le conté que había escrito una carta, que por "vergüenza" y pudor nunca he llevado a su destino, porque pedía algo irrealizable, pero que ahora había decidido incorporar un anexo, para contarles las conclusiones adquiridas tras visitar La Habana por primera vez. Y comencé a escribir...

El Jueves por la mañana, mi sufridora hermana me acompañó en un paseo por la Avenida de los Presidentes, hasta llegar al destino, la dirección que las trabajadoras del Consulado nos habían dado.


Es una larga Avenida, en forma de Alameda, que antiguamente constituía un área boscosa, como todo el Vedado, es conocida por ellos como Calle G.
Consiste en  un paseo precioso, en el que se encuentran diversos edificios de interés: La Casa de las Américas, la Facultad de Comunicación Social, el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, el Hospital Infantil Pedro Borrás, el Hotel Presidente, y otros edificios que albergan centros escolares, centros de salud, edificios gubernamentales, centros culturales de diverso tipo. Lo más llamativo son sus jardines, en el centro, donde están erigidas las estatuas a los Héroes de la Independencia (Calixto García, Simón Bolívar, Eloy Alfaro, Benito Juárez, Omar Torrijos, Salvador Allende, y José Miguel Gómez) y a presidentes latino americanos considerados libertadores, entre los que destaca Salvador Allende.

El día era muy caluroso, y caminando llegamos a la Oficina de Exteriores, que consistía en un humilde departamento, con una recepción donde había una simpática mujer, un guardia, que hablaba con ella, y una ventanilla de registro, con una chica. Nada que ver con la parafernalia de nuestras consejerías y edificios oficiales. En la puerta había un pequeño grupo de personas, esperando para algún trámite. Tras aguardar un rato, me acerqué a la mujer de la recepción, y para prevenirla de lo que iba a decirle, comencé diciendo. "Verá esto que le voy a pedir es un poco especial" y seguí explicando. Lejos de poner caras de sorpresa o hacer muecas extrañas, la simpática señora le restó importancia, y dijo expresivamente: ¡Claro, claro! ¡Una carta de admiración al Comandante y a la Revolución! Y prosiguió: Esperen a las 14 horas, que contacte con alguien de la diplomacia y hablan con una persona que les ayude.

Eran las 12.30, de modo que dimos un paseo hasta llegar casi a la altura del Malecón, no sentamos en un banco, contemplamos a las señoras ataviadas de blanco de la cabeza a los pies, las cuales no eran Damas de Blanco, sino creyentes en la santería. El blanco simboliza una promesa.

Algunas mujeres iban cargadas con bolsas o javitas, como ellos dicen, con pan y algo de verdura. Otras se cubrían con paraguas para protegerse del sol. Contemplamos la bandera cubana, ondeada por la brisa del Mar Caribe, quedaban pocas horas ya que en dos días tendríamos que marcharnos, y volver a la opulencia virtual del capitalismo, y a su grisáceo modo de vida.

Durante un rato estuvimos en silencio, cada cual pensando en lo suyo. Tuve la sensación, por primera vez en mi vida, de no pensar en nada.

Estábamos entre gente que tenía muchas menos cosas que nosotras, pero sus rostros reflejaban tranquuilidad, alegría, compañerismo, ausencia de prejuicios. Prejuicios que nosotros, al otro lado, si tenemos. Temerosos del vecino, del que te habla en plena calle sin conocerte de nada, molestos por el ruido, por los niños que juegan y gritan, por el calor, por el frío. ¡Y ellos lo soportan todo, lo bueno, lo malo, con tanto optimismo!

Regresamos a la hora prevista, y una atractiva mujer nos atendió, amablemente. Nos comentó que era la primera vez que un turista llegaba con una carta dirigida a Fidel (al Comandante). Luego hablamos un rato de Cuba, de la visión que el extranjero tiene de los cubanos, ella comentó sus experiencias fuera de Cuba, ya que había vivido en Estocolmo. Fue muy gratificante. Se llevó la carta, de la cual ya no se nada.

Tal son los sueños y los caminos.

domingo, 23 de enero de 2011

El Acuario Nacional. Los mercados, la cartilla de reparto, los supermerdados.

Al día siguiente de Coppelia hicimos algunos planes, entre ellos ir al Acuario Nacional. Dejamos la visita para la tarde, aunque ya me habían recomendado que lo mejor era ir a la hora del almuerzo, pues dentro hay un restaurante desde donde se puede ver el espectáculo.

Aprovechamos la mañana para dar una vueltecita y curiosear donde compran los cubanos. Ya he hablado anteriomente de los mercados. Pero exiten otros establecimientos donde los cubanos acuden para proveerse de productos que se consideran básicos. La prensa española suele llamar a este sistema "racionamiento" de productos. No es exáctamente esto. Son productos que el estado subvenciona para que cuesten más baratos que a precio libre. Son de todo tipo, desde higiénicos hasta alimenticios. Muchas veces he oido decir por aquí que los cubanos, con ese sistema, solo pueden acceder a una cantidad muy limitada de dichos productos al mes. En realidad, no es que no puedan obtener los productos, cuando los hay, fuera de la cartilla de reparto, sino que al comprarlos fuera ya no están subvencionados.

Recientemente la prensa española se ha hecho eco de las propuestas para eliminar la cartilla, lo que ha servido de excusa a los enemigos de la Revolución para hacer críticas, en la mayor parte de los casos, faltas de objetividad.

La subvención de productos es una cuestión que hace tiempo se viene discutiendo en los foros ciudadanos de la isla, y del Partido Comunista. Hay un sector de la sociedad que opina que no se debe subvencionar el producto, sino a las familias que necesitan ayuda económica.

La subvención de productos ha generado muchos problemas, tanto de distribución como de producción y de gasto. Rafael me puso como ejemplo los puros que se reparten gratis en las cartillas. Hace tiempo que el gobierno invirtió en campañas para que la gente dejase de fumar, en la que intervino el propio Fidel Castro, que fue en el pasado gran fumador de puros y luego lo dejó. El resultado fue la disminución de fumadores, pero al mismo tiempo se generó un excedente en forma de puros que cada mes se repartía gratuitamente en las cartillas, pero que al Estado costaban dinero. Mucha gente aprovechaba esto para venderlos a los turistas a precio más barato que los que salen de las fábricas, al estar "libres de impuestos".
En un principio no se consideró importante, pero más tarde se descubrió que era completamente perjudicial para los productores del tabaco en la isla.
Este dinero era un gasto extra para el Estado, que tuvo como origen facilitar tabaco gratis a la población, pero cuando el individuo lo usaba para comerciarlo con turistas, la ganancia no revertía en el Estado, por lo que se producía déficit. Además ralentizaba la producción porque la ganancia no repercutía en las mejorías de los sistemas de producción.
Otro caso que comentó fue con las papas. Las papas son un producto que en ocasiones es fácil encontrar, y en ocasiones muy difícil. Antaño se repartían subvencionadas en la cartilla, y cuando se gastaban era muy difícil encontrarlas en los mercados. El gobierno encargó un estudio para averiguar el problema y lo que descubrió fue que las papas salían de las cooperativas agrarias y se distribuían mediante la cartilla, la mayoría no se llegaban a consumir en los hogares, sino que acababan echadas a perder en muchas ocasiones. Hicieron la prueba de eliminarlas de la cartilla y de repente había papas en todos lo mercados.

Estas incidencias y otras muchas ha llevado a mucha gente a creer que no es una buena idea subvencionar los productos, ya que repercute negativamente en la producción de los productos que subvencionan. Esto ha sido debatido en asambleas y foros, y finalmente se ha colado dentro de los debates para aprobar el proyecto de los nuevos lineamientos económicos. Ya veremos en que queda la cosa, pero expongo lo que supe allí.

Otro lugar donde pueden proveerse de productos son los supermercados, que nada tienen que ver con los nuestros. No se como les llaman ellos. En ellos se puede comprar tanto en CUC como en peso. No hay estantes llenos de cosas, sino despachos con los productos, colocados en su modo, sin publicidad, solo con la información del precio, de uno en uno de cada producto.

El objeto es que la gente vea lo que hay y compre lo que necesite, no que la gente vea una estantería llena de golosinas hasta caérsete encima y compre más de lo que puede permitirse.

No siempre encuentran todo lo que necesitan ya que el bloqueo y la caída de la URSS tuvo repercusiones muy duras sobre Cuba, sobre todo en el denominado periodo especial.

Antes de referirme a ello diré que nos llevó la mañana entera caminando por calles que desconocíamos por completo, preguntando a todo el mundo, que nos guiaban amablemente en nuestra senda.

Ya en la tarde, con Rafael y Leandro, el médico, fuimos al Acuario. La razón por la que he aparcado un momento el tema anterior es porque fue a Rafael a quien preguntamos sobre los supermercados.

El Acuario Nacional tiene un acceso en CUC para extranjeros y un acceso el pesos para los cubanos, está muy bien de precio. Nosotras pasamos por cubanas y pagamos en peso. Había dos espectáculos con delfines y lobos marinos.

http://www.acuarionacional.cu/portada.htm

Ese es el enlace del sitio web del Acuario.

Volviendo al tema de los super, le preguntamos a Rafael por ellos. Este nos dijo con nostalgia que ya no eran lo que fueron, pues antes del Periodo Especial, antes de la caida de la URSS, estaban mucho mejor surtidos. Ya he contado en alguna ocasión que la Revolución Cubana ha pasado por varias etapas económicas. La primera, tras el conflicto armado durante los 60", muy dura. Una segunda etapa en los años 70 y 80 donde los acuerdos económicos con la URSS, y sobre todo, la ayuda económica permitió tener a la isla un nivel muy aceptable en relación con el resto de la región. Tras la caída de la URSS vino el Periodo Especial, donde Rafael dice que han pasado las duras y las maduras. Y ahora empezaban a remontar, cuando ha venido la Crisis Financiera, que afecta especialmente a los países capitalistas, pero indirectamente a ellos también.

Rafael me hizo una anécdota sobre el periodo especial referida a Fidel Castro, quien al preveer lo que se venía encima congregó a la gente para alertar de los tiempos difíciles que venían, ya que se encontraban solos ante el enemigo, tras desaparecer la URSS. Fidel dijo que había dos alternativas, ceder ante EEUU o resistir, y la gente al unísono gritó: "Patria o Muerte".

Tras el acuario fuimos a comer pizza, intentamos llegar a tiempo a un establecimiento para pagar en pesos, pero ya estaba cerrado, y nos fuimos a otro donde se pagaba en CUC.

Debo decir que el hecho de que se pague en CUC no quiere decir que no haya cubanos en ellos, ya que tienen su "manejo" y pueden cambiar de pesos a CUC en las casas de cambio. Imagino que este manejo se da más en las ciudades donde hay turistas y más agilidad económica.

Para terminar añado que supe que en el Acuario Nacional trabaja como veterinaria una de las hijas del Che.

domingo, 9 de enero de 2011

¡Me encanta la fresa! En Coppelia con Rafael.

Uno de los lugares más famosos de La Rampa es la heladería Coppelia que data de 1966. Nosotros la conocemos a través del cine. Fue donde se rodó la escena principal de "Fresa y Chocolate", en la que Diego o Jorge Perugorría se sienta frente a David o Vladimir Cruz, y le dice:

- Mmmm ¡me encanta la fresa! Ahorita la exportan y para nosotros agua con azúcar...

http://www.youtube.com/watch?v=DROGxZTOKM0&feature=related

Pues era visita obligatoria, por supuesto.

Antes de llegar, vía chat, Rafael nos había hablado de ella. Años atrás, cuando la URSS vigilaba al Sherif Yankee desde el Este de Europa, y mantenía relaciones estratégicas con Cuba y acuerdos comerciales, era posible encontrar en la isla una mayor diversidad de artículos de consumo, de todo tipo. Si bien, hubo un primer periodo, después de la Revolución, de dificultades económicas debidas a las consecuencias del conflicto armado, la fuga de talentos y capitales y los sabotajes impuestos por el señor imperial. En la década de los 70 y los 80 la economía cubana consiguió remontar.
Por aquel entonces Coppelia era considerada la heladería mejor surtida en sabores de La Habana.

En la actualidad, la llegada del turista y la dependencia de la divisa, han trasnformado en algo su fisonomía. Ahora está dividida en dos sectores, uno para el turista y otro para el cubano. La razón de la división es la cuestión de la equivalencia de precios, es decir. Los cubanos en peso, los turistas en CUC.

Muchos detractores de la Revolución opinan que la calidad en servicios y productos es mejor para el turista que para el cubano. A decir verdad, no lo comprobé, porque directamente nos metimos en la parte cubana. Calladitas pasábamos desapercibidas.

Normalmente hay cola en la entrada. Las colas cubanas son muy organizadas. El cubano es un profesional de la "cola" que allí significa trasero, por cierto.

Cuando quedan mesas libres los guardias de seguridad dan paso. Aquel día no tuvimos que esperar mucho.

A los cubanos les encanta comer helado, hay muchas heladerías y pizzerías, así como kioskos de comida rápida.

Una vez dentro nos sentamos en una mesa para tres, y un chico se acercó para saber qué íbamos a tomar. Rafael preguntó qué sabores había. El chico dijo que de momento solo fresa, porque el chocolate se había agotado. Más tarde ví pasar alguno de vainilla también.

Nos preguntó cuantas raciones queríamos, tras indicar que normalmente suelen ser dos, y le pedimos que nos mostrara una ración. Nos señaló la mesa que estaba frente a la nuestra, donde había un chico entusiasmado con un plato de plástico rosa alargado, en cuyo interior había cinco o seis bolas de helado.

Le dijimos que entonces solo una.

Se me ocurrió hacer una broma sobre lo rápido que se acaban los helados en la zona cubana si todos piden dos raciones de cinco o seis bolas. La próxima vez iré a la zona "guiri" a comprobar como son las raciones...

Por su puesto, hablamos de cine, ya que Rafael es productor de cine y televisión. El cine cubano es una de las principales muestras de cómo hacer producciones de calidad sin contar con los presupuestos millonarios de Hollywood en EEUU, u otros paises.

El organismo del que depende la cinematografía cubana es el ICAIC (Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica).

La primera película cubana que ví  fue "Vampiros en la Habana" (1987). Una producción animada, con un guión de lo más original y divertidísima. Cuenta la historia de Joseph o Pepito, un vampiro libertario.

http://www.youtube.com/watch?v=0w3txm-PfL4&feature=related

Se desarrolla la historia durante la dictadura de Machado, y su director es Juan Padrón. En una encuesta realizada en 2009 sobre las 100 mejores producciones cinematográficas mundiales, ocupó el número 50.

La charla me llevó a conocer el significado de la famosa frase que "Pepito" dice a un taxista en una de las secuencias, y que yo he repetido sin ton ni son durante toda mi vida:

-¡Paragüeroooo!

Significa mal conductor...

El cine reciente ha sido más publicitado en España, debido a la colaboración entre ambos paises. El intercambio de profesionales ha sido continuo, y algún director español ha estudiado cine en Cuba, caso de Benito Zambrano (Solas).

Para los cubanos, tanto el cine como el teatro están a precios muy asequibles, ya que a diferencia que en nuestros paises, la cultura no se considera un bien de mercado, sino un bien general.

La vida social del cubano transcurre en la calle o en los centros lúdicos culturales. La Casa de la Música, para bailar salsa, los museos (hay muchos y de diversas temáticas), cine, teatro, música en directo...

Tras los helados de fresa, nos fuimos a dar un paseo por las calles oscuras del Vedado. Visitamos el barrio de Rafael donde nos hizo anécdotas sobre una vez, cuando era adolescente, que fumaba un cigarrillo con sus amigos, y paró un coche justo a su lado. El ocupante del coche les pidió fuego, y como era tarde, les preguntó que hacían por allí. Finalmente uno de los amigos reconoció al misterioso interlocutor, Fidel Castro, quien era asiduo a la Ostionera de San Lázaro desde sus tiempos de estudiante de derecho.

Por supuesto fuimos a la Ostionera, para tomar la verdadera cerveza cubana, Polar.

Bueno, la tomaron ellos, ya que a mí no me gusta la cerveza.

Un bar cubano es como un bar en cualquier lugar del planeta. Un camarero paciente a la espera de lo que guste a su clientela, y un par de hombres viendo el televisor, y comentando lo que haya, sea béisbol (deporte nacional), noticias o telenovelas.

Como anécdota del día debo comentar que en ese momento ponían una telenovela, en cuya trama la protagonista le era infiel al marido. La peña, como no, se puso de parte del cornudo... y como si pudieran intervenir de forma decisiva en el desenlace, increpaban a la mujer y animaban al marido a dejarla.

Rafael se apresuró a decir que al hombre cubano no le gusta la telenovela, y que si un hombre cubano ve una telenovela es cosa rara. Y reforzó su afirmación añadiendo que lo decía a pesar de haber producido la telenovela más famosa que se había proyectado en la televisión cubana.

Al día siguiente quedamos en ir al Acuario Nacional.

He encontrado esta entrevista a Rafael Migueles:

http://www.tvcubana.icrt.cu/noticias/el-meandro-de-la-produccion-audiovisual/



sábado, 8 de enero de 2011

La despedida de Silvia y Txua. La educación en Cuba.

Se había cumplido una semana de nuestra llegada a La Habana, y en el hotel, mientras desayunábamos con Silvia y Txua, pasamos revista a nuestras experiencias. La sensación de todos era muy parecida. Tuvimos una primera fase de desconcierto, motivado por el distinto ecosistema urbano y social que encontramos en La Habana. Todos coincidimos en la progresiva adapatación con el medio que habíamos sufrido desde el primer día hasta ahora.
Ya no nos considerábamos extraños al otro lado del charco, en realidad nunca lo fuimos. Silvia y Txua parecían tristes, pues en pocas horas partirían a España. Ambos pensaban que hubieran necesitado más de una semana para culminar su estancia en la perla del Caribe.

Justo en el momento en que empezábamos a disfrutar hasta el fondo, cuando nuestros prejuicios capitalistas habían sido barridos por las tormentas tropicales que, de vez en cuando, nos sacudían tras un "chorro" de sol. Cuando los colores, sabores, olores y sonidos de la ciudad se entremezclaban con nuestros fluidos corporales... Cuando comenzábamos a  "sentir Cuba", empezaba para nosotras el principio del fin, y para ellos el final absoluto.

Por la mañana decidimos acompañar a Silvia y Txua a La Habana Vieja, ya que no habíamos vuelto desde el primer día.

Teníamos un plan concreto: Habana Vieja, visita a la Escuela de Primaria de la Plaza Vieja para llevar material que Silvia, que es maestra de primaria en Valencia, llevaba. Paseo por las calles Muralla, Mercader, etc, y luego, visita al Museo de la Revolución, situado en la Avenida de las Misiones, junto al de Bellas Artes.

Posteriormente volveríamos a La Rampa donde había un mercadillo con artesanía, para comprar regalos.

Nuestra segunda visita a La Habana Vieja fue muy distinta a la primera. Es como si ellos mismos se hubieran acostumbrado a nosotros, y ya no nos trataban como turistas novatillos recién llegados.
El paseo fue mucho más distendido, y no hubo tanto "asalta turista".

Del paseo por Muralla nos llevamos el recuerdo de un curioso cartel en un taller que decía: "No se hacen trabajos particulares. Eviten las molestias"
El estado de conservación de la calle es deficitario y a medida que nos acercábamos a la Plaza Vieja iba mejorando.
La restauración de La Habana Vieja se está ejecutando con ayuda extranjera, España entre otros. El coste de los materiales de construcción es muy caro, y las isla no los produce.

Una vez en el colegio, las maestras, el secretario y la directora nos hicieron un caluroso recibimiento, y nos guiaron por el interior, para mostrarnos los preparativos previos al inicio de curso, que sería justo al día siguiente de nuestra vuelta. ¡Una auténtica pena!

Las instalaciones son humildes, pero no más que las de muchos colegios de primaria españoles de barrios obreros, al menos, andaluces. Todas las aulas cuentan con un televisor. Sobre las mesas de cada alumno reparten material; libros, cuadernos y lápices. Si bien un simpático "barman" nos comentó días antes que la gratuidad educativa cubana había que "entre comillarla", y que tenían que comprar el material que era muy caro, cuando lo referimos en el colegio, los profesores lo negaron rotundamente, así como, días más tarde lo hizo un camarero de nuestro hotel, al volver a insistir en el tema para saber que opinaban otros. Este incluso se enfadó y gritó: ¡Eso es menriraaaaa!

Todos los maestros y trabajadores de la educación, en general, se sienten sumamente orgullosos de su sistema educativo, que ha permitido que Cuba sea el país más alfabetizado del mundo.

Al igual que exportan médicos, exportan maestros a las zonas paupérrimas de otros paises. Sin ir más lejos, el programa usado en Sevilla para la alfabetización en áreas sociales deprimidas económicamente, el famoso "Yo, si puedo", ha sido diseñado por especialistas cubanos. Dejo estos enlaces informativos sobre el mismo.

http://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%A9todo_de_alfabetizaci%C3%B3n_%22Yo,_s%C3%AD_puedo%22

http://yosipuedosevilla.wordpress.com/


Os dejo también otros enlaces sobre el sistema educativo cubano:

http://www.dgb.sep.gob.mx/tramites/revalidacion/Estruc_sist_edu/Estud-CUBA.pdf
http://www.rimed.cu/

El profesor y el maestro cubano tiene que especializarse en pedagogía, de hecho es una carrera en sí. Podeis consultar aquí, y no perdais de vista el punto sobre el acceso a la profesión.

http://www.oei.es/quipu/cuba/informe_docentes.pdf

Esto es indicativo de la importancia que dan a la calidad en la educación. Y es algo que posteriormente repercute en la formación de grandes profesionales en cada rama.

Dando un paseo llegamos al Museo de la Revolución, cuya entrada se cobra en divisa a los extranjeros y en peso a los cubanos (2 pesos)

El Museo de la Revolución está dedicado a contar la historia reciente de Cuba, desde la dictadura de Batista, pasando por el desembarco del Granma, hasta el triunfo. La tensión con EEUU, y los múltiples ataques del poderoso vecino que han tenido que enfrentar, entre los que se cuentan la introducción de virus bacteriológicos para envenenar aguas y campos. Como consecuencia, cada año el estado tiene que invertir una cantidad importante en desinfectar y mantener saludables aguas y vegetación. El más lamentable para mí, es el que afectó en los años 80 a más de 100 bebés de un hospital pediátrico que fueron envenenados por un sabotaje terrorista de la contra revolución subvencionada por la ultra derecha cubana instalada en Miami, y por EEUU. Murieron. O la voladura de un avión comercial de Cubana con los pasajeros dentro, por obra y arte de Posada Carriles, que será juzgado en EEUU por jurar en falso sobre la biblia (tócate los huevos). Este ser despreciable es el jefe de la señorita que acusa a Julian Assange de violación, la cual es de origen cubano.

En un patio exterior se encuentran los "carros de combate", son en realidad tractores para el campo que durante la lucha armada trasnformaron en tanques, iniciando así la tradición "recicladora" que mantienen intacta. Allí está además, el Granma, yate usado por los expedicionarios cubanos encabezados por Fidel, para desembarcar en Cuba, tras una travesía de locura.




No pudimos verlo entero porque se estaba restaurando parte del museo, pero si van a La Habana, no se lo pierdan.

Finalmente volvimos al hotel en un Coco Taxi, tras unas compras nos despedimos de Silvia y Txua que decían adiós a sus vacaciones.

El resto del día fue muy interesante, pero lo contaré en otra entrega.