miércoles, 9 de febrero de 2011

La chica del tour. La Habana bajo la lluvia.

Vuelvo al viernes por la tarde, tras aquel inesperado encuentro multitudinario con Fidel. Queríamos despedirnos de la ciudad haciendo un recorrido general en el Habana Bus Tour. Tiene más de 60 paradas, y su precio es de 5 CUC por persona.

Queríamos que anocheciera en él para poder hacer una foto de los murales del Che y Camilo Cienfuegos en la Plaza de la Revolución, iluminados. Es muy bonito verlos por la noche.

Salimos a las 19 horas, y paseamos a lo largo de la Avenida 23 en busca de una parada del mencionado bus. Estaba nuboso. La nubosidad en el cielo Habanero es mayor que en el cielo de mi ciudad, Sevilla, a pesar del buen tiempo, ya que la situación de la isla (en el Trópico), hace que los rayos solares lleguen con mayor perpendicularidad, calentando con más intensidad, tanto la masa continental como la marina. Esto produce mayor nivel de evaporación. Dicho este apunte climático, continuo el relato.
La calle estaba llena gente, como siempre. Esta avenida suele estar muy transitada, tanto durante el día, por la actividad comercial e institucional, como por la noche, que se llena de gente joven.

Llegamos  al Malecón, donde el bus tenía una parada. Allí lo tomamos. Estaba vacío, éramos las únicas usuarias en ese momento, junto a una pareja porto riqueña con su hija. Nos acompañaba la guía turística. El primer tramo lo hicimos subidas en el mirador del autobús. Recorrimos el Malecón, nos adentramos en la Habana Centro y luego en la Vieja. Pasamos por lugares emblemáticos como el famoso Floridita. En ese instante comenzó a llover y nos tuvimos que refugiar dentro. La guía turística exclamó que era una pena, porque lo bonito era verlo en el mirador. A lo que contestamos que no importaba, que era nuestro penúltimo día allí, y que tan solo nos despedíamos de ese modo.

- Ya hemos explorado todo directamente y a pie - sentenciamos.

Ella sonrió, y nos preguntó de donde éramos. Así comenzamos a hablar. Ella se olvidó de que trabajaba y nosotras de que estaba trabajando.

- Mucha gente pasa por aquí y, a veces, me dicen cosas sobre Cuba que no me agradan - comentaba pensativa - La gente viene y opina sobre nuestros problemas, pero tienen un enorme desconocimiento sobre nosotros.

Ella no suele contradecir a los visitantes, pero si tiene que puntualizar algo, lo hace.

- Todo el mundo sabe cual es nuestra realidad - continuó - Pero es que vivir soportando un bloqueo económico no es fácil. Aquí nos faltan cosas que son fáciles de adquirir en otros lugares. Mirad el trabajo que cuesta todo, incluso pintar las paredes.

Pronto dejó de llover, y el cielo se pintó de azul. Todos fuimos al mirador. La chica del tour dejó el micrófono, se sentó detrás nuestra, y siguió con su trabajo a viva voz, solo para su pequeño público.

Al llegar al Cementerio de Cristóbal Colón, la pareja porto riqueña se apeó del bus. Nos quedamos las tres solas. Entonces dejamos de hablar de edificios y monumentos, y hablamos un poco de todo. Ella estaba interesada por saber de la vida en España. Su hermano es médico y vive en Madrid. Fue contratado por una clínica privada italiana que llegó a un acuerdo con la administración cubana para que él pudiera irse con ellos. Durante los primero años de la revolución hubo lo que se denomina "fuga de talentos". Muchos profesionales se marcharon fuera, estimulados por los engaños y la propaganda contrarevolucionaria de los grupos pro Batista y opositores, instalados en Florida. Esto hizo que se redujera el número de médicos en un principio, pero los esfuerzos de la Revolución, y su inversión en  sanidad y educación contribuyeron a recuperar el número perdido y aumentarlo, teniendo en la actualidad un número aproximado de 1 médico por cada 200 personas  (España tiene tiene 3 médicos por cada 1000 habitantes). Esto, a parte de los que envían fuera, en misión internacional. No en vano, Cuba ha sido el país que más médicos ha enviado a Haití.
Volviendo al tema, la situación creada por la fuga de profesionales, propiciada por la administración del poderoso país vecino para atacar a la Revolución en su pilar más consistente, y que los cables de Wikileaks han confirmado recientemente ( http://www.nodo50.org/tortuga/EEUU-tento-a-los-medicos-cubanos), obligó a las autoridades cubanas a imponer medidas especiales en relación a estos profesionales, que se han traducido en la protección de este personal, cuyas posibilidades de movilidad se dificultan, al considerarse profesionales de primera necesidad. Lo que no impide que algunos de ellos hayan podido ir a trabajar fuera con sus papeles legalizados, previo contrato y acuerdo de la empresa contratante y el gobierno. Caso del hermano de esta chica.
Ella explicó que su hermano vivía bien en Madrid, pues la clínica se dedica a la cirugía estética, y eso da mucho dinero.
Le preguntamos si ella no había estado tentada de irse también, ya que su hermano estaba así de bien en Madrid. Y ella respondió que era feliz en Cuba. Que tenía todo lo que necesitaba, a pesar de las dificultades conocidas por todos. Había estudiado ingeniería y se había especializado en Moscú.

- Todo pagado por el estado - aseguró

Recordaba con alegría su estancia en Moscú, y cómo se sorprendió al conocer el comunismo sin pobreza.

- Allí había de todo - decía

Los estudiantes cubanos realizaban intercambios, similares a nuestras becas internacionales, pero el intercambio se hacía con países del bloque socialista. La mayoría se ha especializado en alguno de estos países.
A ella, no obstante, le tocó conocer la antesala de la desintegración de la URSS, o los últimos años, en los que la corrupción empezaba a extenderse de forma inevitable. Recordaba que la televisión comenzó a emitir pornografía a ciertas horas, algo que hubiera sido impensable antes, y que la televisión y los medios de comunicación comenzaron a cambiar de tono. Ella percibía esto como reflejo de la decadencia.

Su hija estudia en la Universidad, y había estado esa mañana en el encuentro con Fidel.

- Fidel no hay más que uno en la historia, es especial - afirmó mientras contemplaba reflexiva las casas del barrio de Miramar.

Luego cambió de tercio y nos contó que ese barrio, antiguamente, antes de la Revolución, fue un barrio de diplomáticos, donde vivía gente de alto nivel económico. Las viviendas son unifamiliares, y algunas tienen aspecto de palacetes coloniales.



Tras la Revolución la mayoría de sus ricos habitantes se marcharon, y las viviendas fueron destinadas a diversas cosas. Algunas fueron repartidas para ser habitadas por gente del pueblo que no tenía vivienda. No es extraño encontrar personas asomadas a los señoriales balcones, o ropa tendida en ellos. Otras se destinaron a embajadas, escuelas, hospitales y diversos edificios oficiales.

Destaca en el complejo la atípica estructura de lo que fue la Embajada de la URSS, con forma de nave espacial o cohete.


 
Allí se encuentra también el Acuario Nacional, del que ya hablé en otra entrega. Acabamos el recorrido junto al Hotel Nacional. Había sido realmente interesante, sobre todo la conversación con la "chica del tour". Nos despedimos amigáblemente, y nos deseo un pronto regreso a Cuba, algo de lo que estaba segura.