domingo, 8 de enero de 2012

José Martí, el apóstol de la patria cubana.

El título de esta entrada hace referencia a la importancia de este político liberal, que al mismo tiempo era filósofo y poeta, en el desarrollo histórico cubano.
Su pensamiento ha estado presente en todas las tendencias políticas surgidas en la isla desde el S.XX en adelante.

Fidel Castro se define a sí mismo, en una entrevista que concediera a Ignacio Ramonet (con motivo de la realización de la obra biográfica "100 horas con Fidel"), como leninista y martiano. Así mismo, el socialismo cubano tiene grandes influencias de su pensamiento.
Del mismo modo, la oposición a la Revolución Cubana Socialista suele evocar a Martí como depositario de sus principios. La principal emisora de radi- televisión contra revolucionaria, sita en Miami (Florida), se llama Radio Martí.

Con esto, nos queda claro algo. Los cubanos pueden tener diferencias ideológicas diversas, pero hay dos cosas que unifica el pensamiento de todo ellos, la bandera y José Martí.

Hay bustos de él en casi todas las ciudades, y La Habana está cuajada de carteles con frases suyas, imágenes, estatuas, etc...

Una de las cosas que recuerdo de mi visita, de la que ya ha pasado más de un año, es el gran desconocimiento que descubrí que tenía, realmente, de la historia de Cuba, de sus héroes y personalidades.

A José Martí si lo conocía, pero no al nivel que era justo y debido, teniendo en cuenta la trayectoria de este personaje histórico.

Sin más dilación, comienzo a hablar sobre él.

Su nombre completo era José Julián Martí Pérez. Nació en La Habana en el año 1853 y murió en Dos Ríos en 1895. Haciendo las cuentas, muy joven, con apenas 42 años.
Sus padres eran originarios de Canarias. Era una familia de origen humilde.

A la edad de 12 años ingresa en el Colegio Municipal que dirigía el poeta Rafael María de Mendive donde desarrolla las facetas artística y literaria.

Desde muy joven comienza a interesarse por la política, el ideario liberal y las Revoluciones ocurridas en Francia y EEUU.

En 1868 comienza la "Guerra de los 10 años". Es la primera Guerra de la Independencia Cubana (a la que dedicaremos la siguiente entrada) , José Martí comenzaría a colaborar con los grupos activistas . Su actividad intelectual le lleva a publicar una gaceta "El Diablo Cojuelo" y la revista "Patria Libre", en esta última encontramos su obra de teatro Abdalá.

http://www.josemarti.cu/?q=obras&catobra=Teatro&catsubobra=&nid=1862

Fue encarcelado por su colaboración con la primera Revolución Cubana y posteriormente deportado a España.

En Madrid se matriculó en Derecho y continuó con sus actividad literaria publicando "Adúltera". Su relación con España es especial, pues por un lado desarrolla un gran sentido de afecto por el país del que sus padres son originarios, pero al mismo tiempo, detesta su política colonial. En su obra "La República Española ante La Revolución Cubana" critica a España que continúe aplicando a la isla una política colonial.

Tras su paso por España, viaja por Europa, vuelve a América y se instala en México. Allí se casa con Carmen Sayes Bazán, también cubana. Tras la Paz de Zanjón que pone fin a esta primera guerra, regresa a Cuba, siendo deportado de nuevo por las autoridades, esta vez se va a Nueva York.

Desde allí prosigue con su actividad política, en 1892 funda el Partido Revolucionario Cubano. Se convierte en el máximo dirigente de la lucha independentista de su país. Puso en marcha un proceso revolucionario, marchó a la isla para combatir. Murió en combate a la edad de 42 años.

Desde el punto político Martí era partidario del modelo liberal, pero desde un punto de vista nacional. Era separatista, y se oponía a la expansión económica de EEUU en la isla de Cuba.

La ética política martiana se basa en la JUSTICIA, el AMOR, la SOLIDARIDAD, la VIRTUD y el DEBER.

En su obra se da la influencia del humanismo pedagógico, considera que la política forma parte de la cultura y que la cultura debe estar al servicio del pueblo.

Aboga por la soberanía popular:

 "El gobierno es un encargo popular: Dalo el pueblo; a su satisfacción debe ejercerse; debe consultarse su voluntad, según sus aspiraciones, oír su voz necesitada, no volver nunca el poder recibido contra las confiadas manos que nos lo dieron, y que son únicas dueñas suyas."


El pensamiento político Martiano mezcla humanismo e anti imperialismo.

Finalizo esta pequeña entrada, demasiado pequeña para un personaje tan grande, con uno de sus poemas cuyas estrofas han sido cantadas durante años por muchos de nosotros:

"Yo soy un hombre sincero
De donde crece la palma.
Y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma.
Yo vengo de todas partes,
Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
En los montes, monte soy.
Yo sé los nombres extraños
De las yerbas y las flores,
Y de mortales engaños,
Y de sublimes dolores.
Yo he visto en la noche oscura
Llover sobre mi cabeza
Los rayos de lumbre pura
De la divina belleza.
Alas nacer vi en los hombros
De las mujeres hermosas:
Y salir de los escombros
Volando las mariposas.
He visto vivir a un hombre
Con el puñal al costado,
Sin decir jamás el nombre
De aquella que lo ha matado.
Rápida, como un reflejo,
Dos veces vi el alma, dos:
Cuando murió el pobre viejo,
Cuando ella me dijo adiós.
Temblé una vez –en la reja,
A la entrada de la viña.—
Cuando la bárbara abeja
Picó en la frente a mi niña.
Gocé una vez, de tal suerte
Que gocé cual nunca: --cuando
La sentencia de mi muerte
Leyó el alcalde llorando"



MONUMENTO A JOSÉ MARTÍ EN LA PLAZA DE LA REVOLUCIÓN.