domingo, 19 de septiembre de 2010

De divisas y turistas.

En mis anteriores entregas he mencionado el tema de la divisa y de los efectos del turismo, sin profundizar demasiado. Ahora me veo en la obligación de hacerlo, para ser fiel a mi espíritu crítico y constructivo.


Mucha gente que acude a la isla, independientemente de la ideología que tenga, apunta a la divisa y a la doble economía, sistema de equivalencia entre el CUC para el turista y el peso para el cubano, como origen de todos los males. La principal crítica que se hace a la Revolución, desde hace años, es que sus profesionales, profesores, médicos, ingenieros, científicos, etc, tienen sueldos muy bajos, mientras que aquellos que trabajan en el sector turístico acceden sin problema a la divisa, generando unas ganancias que están muy por encima de las del resto. Allí se habla, a menudo, de "pirámide invertida", y todos apuntan a la Revolución como causa directa de este hecho, y a la economía socialista.


Pero parece que todos olvidamos que el problema de la divisa no es un mal de origen político, sino económico. Quiero decir, que no está originado por el establecimiento y desarrollo de una política económica socialista, sino por un problema de dependencia económica.


De hecho, el problema de la divisa afecta a otros paises subdesarrollados, que usan el dolar como divisa o moneda de cambio para las transacciones internacionales, es decir, para poder comprar y vender, porque su moneda tiene un valor muy bajo.

La política monetaria del FMI (Fondo Monetario Internacional), y de la mayor potencia económica del mundo durante el siglo XX, los EEUU (que ve peligrar en la actualidad su reinado) ha sido la de mantener el dolar como patrón internacional, por ser la moneda más fuerte. Esto aumenta la dependencia económica de los paises pobres en relación a los ricos, y se ha traducido en el dominio económico de los EEUU durante la centuria pasada.


Algunos paises decidieron unificar la moneda, y acojerse al dolar, lo que conllevó una subida drástica de los precios, y del coste de la vida, directamente relacionado con el empobrecimiento de las clases sociales menos pudientes.


Para que sea comprensible, pongo el ejemplo de la entrada en vigor del Euro. El Euro tiene un valor más alto que la peseta, así 1 Euro eran 166 pesetas (más o menos). Al adoptar una divisa europea como patrón monetario nuestra economía comenzó a redondear los precios, pero al alza. No creo que se os haya pasado por alto la subida de los precios y del coste de la vida.


Pues en Cuba existía un problema añadido, y este es el conflicto con EEUU, que mantiene un bloqueo económico a la isla que, ya, dura 50 años, y que por tanto, podía usar su moneda como instrumento desestabilizador. Cuba usó el dolar como divisa hasta el año 2004, más o menos, en que empezó a usarse el peso convertible o CUC. Para garantizar que el pueblo podía acceder a los productos más básicos, se estableció un sistema de equivalencias por el cual los cubanos pagan en peso y los turistas en divisa.


Durante años estuvo controlado el acceso del cubano a la divisa, hasta el punto de que el cubano no podía tener divisa de forma legal. Esto se hacía para evitar el mercado negro, o que se desarrollara la desigualdad entre cubanos, y se desestabilizara el sistema salarial. Sin embargo, el turista, generalmente, acude a los lugares sin conocer en profundidad la problemática del sitio visitado, y en Cuba, para muchos turistas de ideología conservadora o con poca idea, y muchos años de lavado de cerebro, dar limosna en forma de divisa al cubano se considera una práctica sana y de buen cristiano, o en el peor de los casos, un modo de dañar a la Revolución. Esta práctica ha generado la llamada "pirámide invertida".


Actualmente el cubano puede acudir a cambiar su moneda en CUC en las Cadecas, si quiere adquirir productos en divisa. Pero esto no siempre fue así. La doble moneda es motivo de críticas dentro y fuera, porque a menudo olvidamos el origen real del problema.


Cuando pensamos en el sistema salarial cubano, y los bajos sueldos de sus profesionales, en comparación con los nuestros, nos olvidamos de que hablamos de una moneda con un valor mucho más bajo que la nuestra, por tanto, un euro son al rededor de 28 pesos cubanos. Y también de que el coste de la vida en Cuba, contado en pesos, es también más bajo que el de Europa o América del Norte (mundo desarrollado). Y mezclamos las churras con las merinas, y decimos que un médico cubano no puede vivir como un médico español o francés. Y claro que no, pues un médico cubano vive en un país de economía subdesarrollada que intenta desarrollarse bajo la presión económica de las potencias capitalistas. Pero además, yo añado, que un médico español tampoco vive como un médico francés o alemán, o un médico sueco. Y que en muchos paises subdesarrollados hay médicos ricos, que los son por trabajar en clínicas privadas, y no en la sanidad pública, cuyos salarios no son suficientes en relación al coste de la vida.


Entonces volvemos a Cuba, y nos encontramos con un turista español, que gana en España un salario de 900 eur o 1000 eur, pongamos incluso 1500, se compra un billete de ida y vuelta por 700 eur o menos, dinero que ha ahorrado en varios meses o más de un año, y se encuentra con una guía de turismo, guapa e inteligente, y le cuenta un rollo sobre la dignidad de no poder acudir a un restaurante caro, cuando él si puede, y la invita a ir con él, para mostrarle lo bueno que es el capitalismo y lo malo que es el socialismo. Y ella acepta, porque a nadie le amarga un dulce.


Pero yo me pregunto, ¿a cuantas guías de turismo francesas invitaría este individuo al restaurante más caro de París, si estuviese haciendo turismo en el mundo desarrollado, donde es él el subdesarrollado?


Y le pedimos a Fidel y a Raul explicaciones, porque haya una doble economía, y chicas y chicos que quieren cobrar en divisa, o emigrar, para trabajar en los paises ricos y desarrollados, ahorrar y volver a su país. Sin embargo, nos olvidamos de la gran cantidad de casos similares que se dan en el resto de paises que conforman el Tercer Mundo, y de la ola migratoria tradicional de estos paises a los paises ricos, motivada por la desigual distribución de la riqueza mundial, la cual deriva de la aplicación a nivel internacional de políticas capitalistas, y no socialistas.