viernes, 6 de agosto de 2010

DE TÓPICOS Y OTRAS GUISAS.



Desde que hice pública nuestra intención de visitar la tierra soñada, la sede caribeña del socialismo, y, al mismo tiempo, la patria donde nacieron Martí, Fidel y Raul, o donde Ernesto Che Guevara se consolidó como el guerrillero heroico que todos añoramos y admiramos, muchas son las personas que nos han aconsejado amablemente, para que podamos preparar nuestra visita.
Aquí me encuentro con la obligación de mencionar a Tomas Caballero, quien me ha ayudado mucho desde el comienzo con los preparativos, a través de sus consejos, pues tiene en La Habana su segunda casa, y su corazón.
Es Español, de Madrid, pero ama a Cuba como si hubiera nacido allí mismo.

Además de él, cada vez que he hablado con alguien que haya tenido la dicha antes que yo, no ha dudado en indicarme que cosas nos han de ocurrir al llegar a la isla. Todo sumado a la colección de consejos que se acumulan en las web de turismo en Cuba que existen en la red.

A través de los relatos de viajeros conocidos y desconocidos, así como, de los comentarios de las guías de turismo, he podido observar cómo existen un buen número de anécdotas, que más bien parecen tópicos que realidades.

De tal modo, en algunas guías de turismo editadas en nuestro país nos describen a los cubanos y las cubanas como gente apasionada, abierta, y deseosa de "cortejar" a los visitantes que llegan a la isla, debido a que esto forma parte de su carácter. Es, para ellos, algo incluido entre los diversos atractivos de la isla. Y los aseguran de este modo: "Nada más bajar del avión encontrará un cubano/a esperándole"
Está claro que el aeropuerto debe estar lleno de cubanos que trabajan allí...

Estas insinuaciones se convierten en una gran fantasía para muchos y muchas quienes, nada más oir que vamos dos chicas solas de viaje a La Habana, hacen comentarios del tipo...

-¡Ahhhhh! Cuidado con los cubanos...

o

- Turismo sexual ehhhhhhhhhhh!!!!!

Y aquellos que ya han estado (no todos, me refiero a algunas personas, como es lógico) van más lejos, y afirman que durante su estancia, fue tal el cortejo que recibieron que, incluso, les resultaba pesado.
Curiosamente nadie se volvió de Cuba sin comerse un rosco...¡qué cosas!

Lo que más llama la atención es que la mayoría de estos individuos afirma que su cubano/a era un bellezón, muchos años menor que ellos/as, mulato/a, cultísimo e inteligente, trabajando en el sector servicios, algo que les sorprende muchísimo, aún sabiendo que allí la educación es gratuita y que el acceso a los estudios superiores no es un fenómeno extraño en Cuba, sino mayoritario. Y comentan, aquellos que ven con malos ojos el socialismo cubano.

-¡Qué lástima, licenciado en derecho y trabaja de camarero en un hotel!

Soprendentemente estas personas no tienen la menor idea sobre donde trabajan los licenciados españoles, los cuales nos diferenciamos de los cubanos en el hecho concreto de que nuestras carreras nos han costado una suma elevada de dinero, y que hemos tenido que pagar cada título que tenemos, y con todo ello, muchos hemos acabado trabajando también de camareros/as, o de promotoras y azafatas de congreso por un sueldo irrisorio, o repartidos por las cientos de ETT que conforman nuestro sistema laboral, sin derechos de ninguna clase, y a lo peor en el paro.

Y es que el tópico es muy recurrente en nuestras vidas. Si te vas a Suecia o a Alemania con tu hermana o una amiga a nadie se le ocurre decirte: "Ten cuidado con los alemanes, o con los suecos". Allí son ellos los que tendrán que temernos...

¿Qué dirán los suecos de los españoles?

Otra cosa que me ha llamado la atención, sobre todo, en las guías editadas para España, es como éstas olvidan, a veces, cual es nuestro lugar en el mundo, y te advierten sobre cosas que podrían, bien, sorprender a un sueco o a un alemán, pero nunca a un español.

Cuando se refieren a la impuntualidad del cubano... pero ¿es la puntualidad un rasgo característico en España?

O cuando hablan del trasnporte público, y lo describen como masificado, lento, no puntual. En España, a excepción de las ciudades grandes que cuentan con metro, el transporte público no es ninguna maravilla.

El día que leí, precisamente, este comentario en un sitio web, tuve que esperar el autobús que me lleva a casa desde el trabajo durante más de media hora.

Mi barrio, el Parque Alcosa, y si alguien lo conoce puede afirmar la certeza de lo que aquí digo, solo tiene un línea de autobús que conecta el barrio con el centro de modo directo, y si bien desde hace unos años hasta hoy está decente, y solo tenemos que esperar durante más de media hora un par de días a la semana, y el resto, viene más o menos regularmente cada 15 minutos, si no llueve o hay algún evento grande en la ciudad, aún tengo recuerdos de mi infancia, adolescencia e incluso juventud de aquellos años cuando salir del barrio era una Misión Imposible.
Por aquellos tiempos los ayuntamientos de España donaban autobuses a Cuba en solidaridad con la isla, y en mi barrio solíamos decir que los nuestros eran los que Cuba donaba a España posteriormente.

Subir a un autobús de mi barrio requería destreza, para no quedarte en tierra, y saberte colocar en el interior para buscar un hueco por el que respirar. La mayoría de las veces, en hora punta, parecíamos calcamonías en las ventanas, despertando las risas de los conductores de coches privados.

Cuando le comenté a mi hermana lo que había leido sobre los autobuses habaneros, ambas soltamos una carcajada, y ella exclamó: ¡Si hemos sobrevivido al autobús de Alcosa, no hay guagua que se nos resista!

Son muchos los tópicos que tendré que analizar cuando esté por allí, en mi tarea de acabar con tópicos y otras guisas, y que por su puesto, compartiré con vosotros en mis futuras entregas de el anecdotario o Cuaderno de Viajes.

SALUD, REPÚBLICA Y SOCIALISMO!



AÑADIDO POSTERIOR:

http://www.20minutos.es/noticia/259665/0/autobuses/alcosa/torreblanca/

La foto de arriba corresponde al autobús de Alcosa.