jueves, 5 de agosto de 2010

SIN VISA NO HAY PARAISO...


Una vez relajadas, y tras realizar el primer examen o prueba A, según la Orden de 25 Marzo, procedí a solicitar en mi banco de toda la vida la tarjeta visa, con el objeto de poder completar la reserva de alojamiento.

Fui allí, rellené un formulario, entregué la documentación que me pedían, copia del DNI y nominas, y me despedí de ellos con una sonrisa satisfecha:

- En pocos días recibirá la tarjeta en su casa por correo.

Dijo el caballero que tuvo la amabilidad de atenderme.

Todo parecía ir sobre ruedas, pasamos días idílicos mirando alojamientos, y esperando que cumplieran, sobre todo, un requisito, estar cerca del malecón. Debido a un sueño que ambas tuvimos en la adolescencia-juventud.

Pasaron dos semanas y caí en la cuenta que la tarjeta visa tardaba más de la cuenta, de modo que me personé en el banco. En la mesa donde hubiera sentado antes un amable caballero, ahora sentaba sus posaderas una chica rubia.

-Hola, buenos días.

Me invitó a sentarme. Le comenté todo lo acontecido desde que solicitara la tarjeta y ella me comentó que parecía raro, ya que solo tardan unos cinco días.

-¡Se ha extraviado!- añadió

Y procedió a completar una nueva solicitud vía red, tras anular la anterior. Me explicó que era un duplicado.

-En cinco días, puedes venir a recogerla.

A los cinco días me personé allí, y la misma chica me la entregó y me dijo.

-Ya está. Ahora metes tu clave y listo.
-¿Qué clave?- le pregunté
- La tuya- respondió.
- ¿La mía? Yo solo tengo la de la tarjeta maestro. ¿Esa?
- Así es
Me resultó extraño, pues todo el mundo me había asegurado que te dan ellos una clave. Pero guiada por la seguridad que me demostró la chica, procedí a meterla.

*****
Y al pronto me salió un mensaje que decía: NO TIENE PERMISO PARA ERALIZAR ESTA ACCIÓN.

Entré a comentárselo. Y ella me dijo.

-Eso es porque Visa aún no ha registrado tu tarjeta. Espera al lunes.

Era viernes.

El lunes volví a intentarlo, con el mismo resultado. Volví a la oficina. Y volví a encontrar a la misma chica.

-Espera un segundo. Miró el programa con mis datos y me dijo. Ahora te va a llegar un SMS con una clave, introduce esa.

Lo hice, y pude ver el menú de inicio, pero sin más. Estaba cabreada, y ella me insistió en que esperase, y que de todos modos si me corría prisa podía comprar con ella por Internet.

Yo la miré, por primera vez con mucha seriedad, y le dije.

-Está bien, lo haré. Si vuelvo a tener problemas voy a volver y quiero que me lo solucionen ya. De inmediato.

Nuevo intento. Nada de nada.

Regresé a la oficina hecha una furia, acompañada de mi hermana y mi padre, había perdido más de una semana y tenía la PRUEBA B de la Orden del 25 de Marzo encima.

La chica me vio la cara de HELL BOY. Y me dijo, mejor la anulamos y pedimos otra.

-No, no, noooooooooooooooo. La solución debe ser hoy.
-Es imposible.
-Quiero hablar con el director de la oficina.

Un hombre salió de un despacho contiguo.

-Eres Raquel. ¿No?

Curiosamente sabía mi nombre, lo que indicaba que había sucedido algo con la tarjeta que había sido motivo de conversación ente el director y la empleada.

Me hizo pasar y me trató amablemente. Y yo, intentando no tener que regresar más allí, me tiré a la piscina y amenacé cual una millonaria de grandes fondos en el banco.

-Estoy pendiente de comprar una reserva que tengo que pagar hoy. Es una oferta ofertísima. Si la pierdo, porque no pudiera estar habilitada mi tarjeta para hoy, procederé a cancelar, mañana por la mañana, mi cuenta, y las cuentas de todos los miembros de mi familia.

El hombre me pidió calma y me prometió llamarme durante la mañana. Dicho y hecho, a la media hora del suceso recibí su llamada. De repente se habían agilizado todos los trámites y mi tarjeta visa estaba operativa.


Lo de la reserva y la retirada había sido un gran farol, que salió bien. Todo indicaba que mi vida se normalizaba. Teníamos reserva. Todo estaba en orden. Pero aquí no acaba todo.

SALUD Y REPÚBLICA SOCIALISTA.

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